Maleta, correa y muchas ganas: el arte de viajar con tu mascota

El auge de los viajes en compañía de mascotas

En los últimos años, la imagen de un perro asomando la cabeza por la ventanilla o un gato observando el paisaje desde su transportín se ha vuelto cada vez más común. Las familias modernas ya no quieren dejar a sus mascotas al cuidado de un tercero ni separarse en sus vacaciones. Según la Asociación Europea de Mascotas, uno de cada cinco dueños ya ha organizado algún viaje con su animal de compañía, una tendencia al alza que interpela a transporte, hoteles y turismo.

¿Es tu mascota tu mejor compañera de ruta?

Antes de planificar cualquier aventura, es fundamental entender el carácter y necesidades del animal. No todos los perros y gatos disfrutan por igual los desplazamientos. Mientras que los Golden Retriever suelen amar las excursiones largas y los cambios de ambiente, los gatos Bengalíes, curiosos y sociables, también suelen adaptarse bien si viajan con todos sus objetos de referencia. Sin embargo, un Bulldog Inglés podría resentir el calor o un perro anciano el estrés del trayecto. Valora siempre su bienestar primero.

Primeros pasos: documentación y requisitos legales

Sea un viaje local o internacional, los requerimientos varían según el destino. La mayoría de países europeos exigen pasaporte para mascotas, microchip, vacunación completa (especialmente contra la rabia), desparasitaciones y en algunos casos incluso cuarentenas previas. Consultar al veterinario es indispensable, puesto que puede además expedir certificados de salud y asesorar en medicación para el viaje. Si vas en avión, infórmate sobre las reglas de cada aerolínea: algunas permiten animales en cabina bajo ciertas dimensiones y otras solo en bodega.

Anécdotas de viajeros: La historia de Luna la Cocker viajera

Claudia, de Madrid, comparte la odisea de cruzar los Pirineos en coche junto a Luna, su Cocker Spaniel. «Siempre reviso dos veces su cartilla de vacunación y llevo copia digital», comenta. En Francia, una simple consulta de control en la frontera agilizó la entrada gracias a estar todo en regla. Un buen recordatorio para no improvisar.

Eligiendo transporte: del coche al tren y avión

Viajar en coche es, por norma, lo más cómodo y flexible. Permite elegir los descansos y adaptar el ritmo a la mascota. Los gatos suelen preferir sus transportines cerrados y ubicados en sitios estables, mientras que los perros viajan en la parte trasera con arnés de seguridad o en jaula homologada. Recuerda nunca dejar a tu animal dentro del coche en verano, ni siquiera por unos minutos.

El tren es una alternativa ideal para mascotas nerviosas con el automóvil. Renfe, por ejemplo, permite viajar con animales de hasta 10 kilos en algunos trayectos, con condiciones específicas. Las aves pequeñas y roedores también pueden ser trasladados siempre en jaulas adecuadas.

Los vuelos requieren mayor preparación. Consulta siempre los pesos permitidos, requisitos de jaulas y reserva con antelación especial. Algunas razas, como los Pugs o Bulldogs, sufren especialmente en cabina pressurizada por problemas respiratorios, por lo que algunas aerolíneas no aceptan estas razas en viajes largos.

Alojamiento pet friendly: cómo elegir el lugar ideal

El auge de los hoteles pet friendly es palpable: desde casas rurales hasta exclusivos hoteles urbanos que admiten desde gatas Persas hasta labradores. Páginas especializadas como “Viajar con mascotas” o “PetTravel” permiten filtrar destinos según el tipo de animal. Es importante preguntar al reservar si existen normas especiales como zonas restringidas, limpieza adicional o políticas anti ruído. Algunos alojamientos ofrecen incluso camas, menús gourmet y área de juegos exclusiva para perros y gatos. Algunos de los mejores ejemplos están en la Costa Brava o el Pirineo aragonés, donde el turismo rural se ha adaptado para recibir viajeros de cuatro patas.

Preparando la maleta: lo esencial para una escapada sin sobresaltos

Más allá de lo obvio, como comida y agua, no olvides:

• Juguetes y manta: ayudan a que sienta el lugar como propio.
• Kit de primeros auxilios: gasas, limpiador de oídos, tijeras, desinfectante.
• Bolsas o bandeja sanitaria: fundamental según la especie.
• Cartilla o pasaporte veterinario: siempre en físico y digital.
• Correa, arnés y collar identificador: mejor con chapita con teléfono.
• Snacks o premios: para animarle en los descansos.

En trayectos largos, tanto perros como gatos agradecen poder bajar cada dos o tres horas para estirar las patas, beber agua o simplemente olfatear nuevos aromas.

Consejos prácticos para un viaje sin estrés

Desensibilización previa

Si tu mascota no está acostumbrada a viajar, inicia con salidas cortas y progresivas. Métela en el transportín, deja que investigue y asóciala con premios. Para perros más grandes, prueba sentarle en el coche sin arrancar los primeros días, luego solo recorridos a la vuelta de la manzana.

El factor alimentación e hidratación

Es aconsejable evitar comidas copiosas justo antes del inicio del viaje, sobre todo en gatos y perros propensos a marearse como el Beagle o el Boxer. Lleva agua fresca y ofrécela con regularidad, sobre todo en épocas calurosas o gotas de valeriana en el bebedero para relajar a felinos nerviosos (previa consulta veterinaria).

Entretenimiento y ambiente apacible

Las playlists de música suave probadas con éxito en refugios ayudan a estabilizar el ánimo. Muchos gatos y perros se tranquilizan con sonidos de la naturaleza o voces familiares grabadas. Lleva auriculares y un altavoz pequeño si la ansiedad es elevada, o sus juguetes favoritos para asociaciones positivas.

Ejemplos reales: razas y mascotas trotamundos

Los Huskies Siberianos son famosos por disfrutar de los viajes en climas fríos y excursiones largas, mientras que el Jack Russell Terrier es incansable compañero de senderismo. Por el contrario, el Chihuahua suele ser sensible al frío y necesita abrigo al salir de clima cálido. Una anécdota recurrente entre viajeros caninos: ¡tener cuidado con el español amplio en buffet de hotel! No faltan labradores que terminan brindando espectáculo al robarse el desayuno de un descuidado vecino.

En el universo felino, Maine Coons y gatos Ragdoll, conocidos por su carácter sociable y su adaptabilidad, pueden sorprender gratamente en estancias hoteleras. En cuanto a aves, los periquitos y agapornis acostumbrados a sus jaulas pueden disfrutar también de la experiencia viajera, si se prestan atenciones especiales como evitar corrientes de aire y mantener la habitual rutina de sueño.

Turismo responsable: normas, urbanidad y respeto al entorno

Ser viajero con mascota conlleva responsabilidades: no dejar excrementos, evitar zonas prohibidas para animales, respetar normas de hoteles y espacios públicos. España cuenta con numerosas playas caninas en verano, como la de Gijón o Castelldefels, y sendas conocidas por ser accesibles como la Vía Verde de la Sierra en Andalucía. Usar siempre correa en entornos urbanos, identificador visible y extremar precauciones en parajes naturales es parte del compromiso. Facilitar la convivencia evita incidentes y mejora la imagen de las familias multiespecie.

Nuevas tendencias y actividades pet friendly

Cada vez más, ciudades y municipios organizan actividades pensadas para viajeros peludos: desde catas de vino en rutas del Priorat que admiten perros, hasta talleres de agility en campings del norte de España. En Madrid o Barcelona es posible encontrar incluso spas y peluquerías móviles que viajan hasta tu alojamiento, y parques temáticos caninos donde socializar y quemar energía tras largas horas en carretera.

Viviendo la experiencia: un viaje que transforma

Al compartir viajes con mascotas no solo se descubren parajes nuevos: también se fortalece el vínculo, se prueba la paciencia y surge una complicidad única. El trote emocionado del can, el maullido explorador del gato o el trino curioso del pájaro hacen que cada parada cobre sentido. Aunque implica responsabilidad y ciertos desafíos, las recompensas suelen grabarse en la memoria de todos los viajeros, de dos y cuatro patas.