Maleta, correa y destino: el auge de los viajes con mascotas
Viajes con mascotas: cuando la aventura se comparte
Salir de viaje solía significar buscar alojamiento para nuestros perros y gatos, asegurarnos de que un amigo los visite o dejarlos en una residencia temporal. Hoy, la realidad es otra: millones de viajeros pet friendly planifican sus rutas pensando en la comodidad de sus compañeros peludos, demostrando que ellos también son parte de la familia y de nuestros recuerdos más valiosos en movimiento.
Cambiar el chip: ¿Por qué viajar con mascotas?
¿Quién no ha sentido esa mirada triste al tomar la maleta? Cada vez existen más razones para incluir a nuestros peludos en las aventuras. Viajar juntos fortalece el vínculo, mejora el bienestar emocional tanto de humanos como de animales y abre puertas a nuevas experiencias. Según diversas encuestas, más del 35% de los españoles busca destinos adaptados para sus perros o gatos. Pero esta tendencia es global: ciudades como Ámsterdam, Berlín y Miami se proclaman como epicentros del turismo con mascotas, con hoteles, restaurantes y parques diseñados especialmente para ellos.
Planificación: la clave de un viaje exitoso
No todos los destinos, medios de transporte ni alojamientos están preparados aún, pero la oferta crece día a día. Para evitar sorpresas, la previsión es esencial:
- Documentación: El pasaporte para mascotas es obligatorio en la Unión Europea y otros países; asegúrate de tener sus vacunas al día, especialmente la rabia.
- Transporte: Compañías aéreas como Iberia, Air France o Lufthansa permiten viajar con perros o gatos pequeños en cabina, aunque cada una tiene su propia normativa. En tren, Renfe admite mascotas dependiendo del peso y el billete.
- Equipaje especial: Además de la correa y el transportín, suma una manta, alimento habitual y un juguete familiar. El olor conocido ayuda a reducir el estrés en trayectos largos.
Gatos viajeros: ¿mito o realidad?
Aunque pareciera que viajar es solo «cosa de perros», cada vez más felinos acompañan a sus dueños en furgonetas y campers por Europa. La clave es la habituación progresiva: especialistas como la veterinaria catalana Nuria Riera recomiendan acostumbrar al gato desde cachorro al uso del transportín y a breves desplazamientos en coche antes de intentarlo en grande.
La historia de Salem, un Maine Coon madrileño, es ejemplo de ello. Tras algunos viajes frustrados, aprendió a disfrutar escapadas al norte de España, siempre con una arnés extrafuerte y su manta preferida. Para estos animales, la seguridad y pequeños refugios son imprescindibles: una mochila de explorador o una «cueva portátil» ayudan a reducir la ansiedad.
Navegando entre lujos y restricciones: alojamiento pet friendly
La oferta de hoteles para mascotas se ha disparado. Cadenas como NH, Ilunion o Barceló ofrecen habitaciones adaptadas, menús para perros e incluso servicios de paseo. En Airbnb, más del 65% de los anuncios urbanos permite mascotas bajo ciertas condiciones (y tasas adicionales).
Sin embargo, no todos los destinos son igual de amables. En París, la convivencia está tan normalizada que hasta los comercios de barrio regalan galletitas para perros. En contrapartida, la normativa italiana exige bozal y correa corta para razas como el Pastor Alemán o el Pitbull en lugares públicos.
¿Qué razas viajan mejor?
El carácter cuenta —y mucho— a la hora de elegir un compañero de viaje. Razas como el Labrador Retriever o el Border Collie disfrutan del cambio de rutinas y la aventura, mientras que los Bulldogs Ingleses pueden tener dificultad por sus problemas respiratorios, sobre todo en avión. Los gatos persa suelen estresarse fácilmente, en contraste con los Maine Coon o los Bosque de Noruega, mucho más adaptables.
Transporte: tren, auto, avión o barco
Antes de comprar el billete, conviene revisar la política de mascotas de cada compañía. En coche, los expertos recomiendan utilizar arneses especiales o transportines sujetos al cinturón. En tren, Renfe impone un máximo de peso y exige que el animal viaje en transportín.
Para quienes opten por el avión, la mayoría de aerolíneas permite mascotas de hasta 8 kg (incluido transportín) en cabina. Los animales más grandes deben viajar en bodega, un reto para ejemplares nerviosos o de salud delicada. Las compañías navieras cada vez son más flexibles: algunas líneas permiten mascotas en camarote, como en el ferry entre Barcelona y Cerdeña.
Los imprescindibles en la maleta peluda
No es solo cuestión de camas y comida. Estos son algunos objetos clave para un viaje seguro:
- Botiquín básico: Con antiparasitarios, vendas, suero oral y pinzas para extraer garrapatas.
- Etiquetas identificativas: Añade un número de móvil internacional o la dirección temporal.
- Bolsas de transporte: Reforzadas y homologadas, sobre todo en rutas aéreas.
- Alimento suficiente: Algunos piensos no se encuentran con facilidad en el extranjero.
- Bebedero portátil: Ideales para caminatas o excursiones largas.
Anécdotas de ruta
Natalia, una viajera argentina afincada en Bilbao, cuenta cómo su Caniche, Tango, se convirtió en la estrella del viaje en tren a París, con pasajeros franceses entablando conversación gracias a él. Coincide Laura, de Málaga, que cruzó media España con su gato Scottish Fold en tren: “Una señora mayor hacía ganchillo y el felino se quedó dormido a sus pies, entre pelotas de lana. Esos momentos, dice, son los que no se olvidan”.
Obstáculos inesperados: trámites y cultura local
Además de los controles sanitarios (la rabia es la enfermedad más vigilada), cada país impone normativas propias. Reino Unido obliga a un tratamiento antiparasitario 24-120 horas antes de la entrada; en Noruega, los Huskies suecos necesitan permisos especiales para cruzar la frontera, al considerarse perros de trabajo.
Las diferencias culturales influyen. En Japón, pocos aceptan perros en espacios públicos, aunque existen hoteles urbanos con spa canino. En Australia, la cuarentena puede durar hasta 10 días. Por eso, consultar foros y grupos de comunidad viajes mascotas es vital para resolver dudas imprevistas.
El lado positivo: beneficios de viajar juntos
Estudios demuestran que las mascotas reducen el estrés del viaje, ayudan a integrarse en nuevas culturas y suelen romper el hielo con locales y otros turistas. Los paseos conjuntos permiten descubrir rutas poco transitadas, conocer parques y cafeterías escondidas. Además, en muchos casos, es la mejor terapia para perros y gatos con ansiedad de separación.
Preguntas frecuentes (FAQ) en viajes con mascotas
- ¿Es legal llevar mascotas en transportes públicos? Depende del país y el proveedor. En España, el metro de Madrid permite perros fuera de horas punta con bozal; en Londres, la mayoría de buses acepta perros pequeños.
- ¿Dónde encontrar la mejor información real? Foros de viajar con mascotas, blogs de trotamundos y sitios especializados ofrecen datos actualizados y experiencias personales.
- ¿Qué hacer si la mascota se pierde? Imprescindible contar con chip actualizado y posición GPS si es posible; la policía local y los grupos de redes sociales resultan útiles.
- ¿Es caro viajar con animales? Los costes extras son el billete adicional (en avión o tren), la tasa hotelera y, en algunos casos, los documentos obligatorios.
Mascotas embajadoras: cambiando la percepción global
La visibilidad de los animales viajeros está transformando el turismo y la sociedad. Concursos de fotos, cuentas de Instagram y hasta agencias de turismo especializadas muestran al mundo que viajar con mascotas es posible y enriquecedor. En años recientes, agencias en México y Argentina ofrecen paquetes de tours urbanos guiados para perros, desde paseos por museos al aire libre hasta degustaciones de helados aptos para caninos.
Por supuesto, sigue siendo fundamental educar sobre el respeto a las leyes locales y las necesidades de cada mascota: la aventura compartida implica responsabilidad. Al final, los viajes con mascotas no solo abren horizontes físicos, sino emocionales, enseñando a humanos y peludos a adaptarse, confiar y disfrutar, juntos, cada kilómetro recorrido.


