De mochilas y colitas: la nueva era de los viajes con mascotas

Viajar con mascotas: una travesía compartida

Cómo empezó el movimiento pet-friendly

En la última década, los viajes con mascotas han dejado de ser una rareza para convertirse en una forma de vida. El número de hoteles, restaurantes y compañías de transporte que admiten perros y gatos aumenta año tras año, reflejando una cultura en la que nuestras mascotas ya no son simples acompañantes, sino viajeros con derechos y necesidades propias. Según cifras de la Asociación Mundial de Transporte de Animales (IPATA), los traslados internacionales de mascotas crecieron un 23% en Europa y América Latina en los últimos cinco años.

Preparativos esenciales: antes de salir de casa

Una buena experiencia de viaje con mascotas comienza mucho antes de poner el pie fuera de casa. La planificación es crucial y todo empieza por una visita al veterinario. Revisar la cartilla de vacunación, desparasitaciones y, en caso de viajes internacionales, analizar requisitos de microchip y certificados zoosanitarios.

No todas las razas toleran igual los desplazamientos largos. Los bulldogs ingleses y franceses, por ejemplo, pueden desarrollar problemas respiratorios durante vuelos debido a su anatomía, mientras que razas como el border collie o el labrador tienden a adaptarse mejor a cambios y jornadas intensas. Por otro lado, los gatos suelen ser más sensibles al estrés, aunque sorprenden con su capacidad de adaptación si se acostumbra su transportín y se mantienen rutinas.

Kit básico para un viaje sin sobresaltos

  • Transportín homologado y cómodo
  • Recipientes portátiles para agua y comida
  • Manta o juguete con olor de casa
  • Documentos y medicación, si fueran necesarios
  • Correa y arnés de repuesto
  • Bolsitas para higiene

“Uno de nuestros trucos”, nos cuenta Daniela, viajera frecuente con su beagle Gino, “es llevar varias prendas con mi olor. Eso le ayuda a relajarse en espacios nuevos”.

¿Por tierra, aire o mar? Elige la mejor opción para tu mascota

La elección del medio de transporte influye directamente en la experiencia. Viajar en auto es, por lo general, lo preferido, ya que se pueden hacer paradas frecuentes y controlar el ambiente. Para recorridos largos, es fundamental asegurarse de que el animal vaya seguro –con arnés especial o transportín fijado– y mantener el coche ventilado.

Para vuelos, cada línea aérea tiene su política sobre animales. Algunas permiten que perros pequeños y gatos viajen en cabina siempre que el transportín no exceda determinadas medidas. Razas consideradas de nariz chata (pugs, shar pei, bóxer) pueden tener restricciones debido a su tendencia a desarrollar complicaciones respiratorias.

En barcos y trenes, las normas son menos rígidas en muchas rutas. Renfe, en España, permite desde 2023 viajar con mascotas de hasta 40 kilos en ciertos trenes AVE. Cada vez más ferris habilitan áreas específicas pet friendly, algunas incluso con camarotes adaptados.

Consejos para un trayecto plácido

  • Evita comidas copiosas antes de partir
  • Pasea a tu mascota antes del viaje para reducir nerviosismo
  • Utiliza feromonas sintéticas en spray o collares para ayudar a relajar a gatos y algunos perros
  • Lleva una muda “de emergencia” para accidentes inesperados

Una historia peculiar: un pastor australiano llamado Thor que viajó en tren desde Buenos Aires a Bariloche. Sus dueños acondicionaron la zona de descanso con una funda de su sofá favorita y Thor, habituado desde cachorro a ruidos, durmió en calma durante 22 horas de trayecto.

Buscar alojamiento: claves para una estancia exitosa

El boom del turismo pet friendly ha revolucionado el sector hotelero. Plataformas como Airbnb ya permiten filtrar alojamientos según si aceptan mascotas. Sin embargo, no basta con elegir cualquier opción: es recomendable preguntar directamente por normas específicas, espacios habilitados o servicios extra. Algunos hoteles ofrecen kits de bienvenida, áreas de juegos y hasta menús gourmet para perros o gatos.

En destinos de playa, como Costa Brava o la Riviera Maya, no todos los arenales permiten animales. Si buscas un lugar verdaderamente amigable para vacaciones con perros, investiga áreas habilitadas y servicios de guardería si quieres hacer alguna excursión que no acepte mascotas.

Consultando experiencias reales, Raúl y Lucía, pareja sevillana con dos golden retriever, recomiendan llamar antes incluso si el alojamiento “acepta mascotas” en internet: “Más de una vez nos encontramos con limitaciones de tamaño o cantidad. La transparencia evita incomodidades”.

Viajes internacionales: requisitos y anécdotas

Cruzar fronteras con mascotas exige sumar paciencia y actuar con previsión. Entre documentos, vacunas y cuarentenas, hay países como Reino Unido, Australia o Japón especialmente estrictos. Siempre conviene revisar la legislación local y contar con ayudas como el Pasaporte Europeo para Animales de Compañía si viajas dentro de la UE.

Curiosamente, algunas aerolíneas permiten reservar “asientos” para mascotas en clase business, como Qantas o Air France, con precios que superan en ocasiones el del propio billete del dueño. En Asia, es común ver cafeterías, trenes bala o hasta hoteles cápsula con gatos y perros de huéspedes, un fenómeno que refleja la amplia aceptación cultural del turismo animal.

Las diferencias entre razas también se hacen patentes. Los gatos bengalíes, por ejemplo, acostumbrados a explorar y de temperamento intrépido, toleran mejor los ambientes desconocidos. Los malteses, por su parte, suelen imponerse con su ternura, logrando ganarse a los recepcionistas más estrictos.

Explorando juntos: actividades y riesgos durante el viaje

No todos los destinos ni las actividades son aptas para cada animal. Rutas exigentes en montaña serán ideales para un border collie, pero pueden poner en aprietos a bulldogs o chihuahuas. Los gatos, salvo casos muy entrenados, prefieren la calma de la habitación o exploraciones breves con arnés.

Llevar una identificación visible y un chip actualizado es imprescindible para evitar sustos. Los parques nacionales, cada día más receptivos a los perros viajeros, aún mantienen reglas estrictas sobre correas y acceso a zonas de fauna protegida.

En contextos urbanos, infórmate sobre zonas libres de mascotas y servicios de emergencia veterinaria. Un extra de humildad: no temas pedir ayuda a los locales; la comunidad pet friendly suele responder con entusiasmo ante viajeros con animales.

Historias mínimas, aprendizajes grandes

Vera y su sphynx, Ramsés, cruzaron tres provincias en México en bicicleta. Para él, un abrigo térmico y protector solar fueron tan imprescindibles como agua y comida. “Descubrimos otros ritmos”, cuenta Vera, “parando a cada rato, aprendiendo a mirar detalles que solos hubiéramos ignorado”.

Cada viaje con mascotas es una suma de anécdotas: ese dálmata que saltó al lago para atrapar una rama en pleno atardecer; la perra rescatada que reconoció su primera playa olfateando cada grano de arena; el toy poodle asombrado ante el bullicio de una gran estación de tren.

Porque viajar con mascotas es mucho más que llegar a destino. Es descubrir —juntos— nuevos paisajes, rutinas y pequeños desafíos de cada día, manteniendo siempre la complicidad que solo un compañero peludo puede ofrecer en la aventura de viajar.

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